"Si le pedís al Padre pan, no os dará piedras. Si pedís pez, no os dará serpientes. Si aprendeís a pedir con fé y certeza, tened la seguridad que se os bendecirá."
Nuestro devenir por esta vida mortal es un caminar dejando huella en los demás y en nosotros mismos. Cada conocimiento, persona o acontecimiento vivido, nos está mostrando y labrando la misión emprendida en esta existencia, nada de lo que sucede esta al azar, todo tiene un por qué, un para qué y una proyección en el Orden Divino del que formamos parte. El discernimiento nos lleva a encontrar nuestro camino. Tenemos como preocupación principal hacer fortuna en nuestro mundo, más cuando de esqueleto y huesos forrado sea nuestro ataúd, ¿qué nos llevaremos a nuestra real existencia? Aquel que no tiene se le quitará hasta lo que no tiene, más cuando hayamos fortalecido nuestro espíritu y nos hayamos hecho aún más fuertes para nuestros congéneres, para nosotros mismo y para Aquel que nos dio la existencia, iremos allá cargados de fortuna. Acaso, ¿pensamos igual, nuestro dinero en nuestros bolsillos y gastarlo en el lugar que nos corresponda?, si bien vamos al cielo allá nuestras obras serán la fortuna que carguemos, si bien al infierno fuéramos, de nada nos serviría nuestro dinero. Aquel que tiene se le dará más de lo que tiene. Aquel que no tiene nada se le quitará hasta lo que no tiene, pues la virtud del hombre es la conciencia que le permita transcender de lo material a lo espiritual. Démosle el verdadero alcance e importancia en nuestro mundo a la adquisición material, pues de ella vivimos para suplir nuestras necesidades básicas, pero como, “Al mundo al que fueres has lo que vieres”, pues en el mundo que nos aguarda después de la muerte, el dinero no es apelativo de nuestra existencia y con ello no compramos las puertas de la entrada. Por tanto, no es para elevar nuestra riqueza material, pero sí, para lograr estabilidad y holgura para los tiempos difíciles y para nuestro transitar por esta morada terráquea. No olvidemos que a la par de la búsqueda de la prosperidad económica debemos pensar en el equilibrio de las energías que nos rodean. ¿Cómo reconocer las energías que nos circundan y armonizarlas para nuestro beneficio? Esa es labor que debemos conocer y practicar, y que trataremos más adelante.
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