El ser humano se encuentra en constante evolución, no solo en cuanto a sus habilidades sino tambien en sus creencias. Actualmente el auge está centrado en el desarrollo de la espiritualidad, de ver más allá de lo que a simple vista tenemos y de encontrar respuestas a muchos interrogantes en principios más espirituales. Comprender que la mediumnidad no es un asunto religioso ha requerido un arduo camino. Separar la espiritualidad de la ciencia, ya no tiene sentido. Desde tiempos remotos, la mediumnidad de sanación forma parte de la historia, y está presente en diversos pasajes, en libros de diversas formaciones y corrientes filosóficas y en todas las partes del mundo.
El Divino Rabí Jesucristo, en diversas oportunidades, sanó a los enfermos y mostró que el ser humano tiene la capacidad de ser médium de sanación “Si tuvieras fe como un grano de mostaza...” Mencionando el Oriente, hace milenios, más específicamente en China, los médicos de pies descalzos, así llamados por no tener formación médica clásica, eran los antiguos sanadores. Ellos poseían el conocimiento de las técnicas orientales de la acupuntura entre otras modalidades. Comprendían la interacción humana con la Naturaleza y la energía vital Chi que todo lo pone en movimiento. La energía vital es el eslabón entre el mundo terreno y el espíritu. La medicina tradicional china actúa en este cuerpo sutil, en las emociones y pensamientos, restableciendo el flujo energético saludable que resulta en curación para el cuerpo físico. Esta medicina entiende la integración que hay entre la salud y el estado del espíritu, y lo que no era visible a los ojos humanos pasó a la esfera de la religión y lo espiritual.
Porque ustedes tienen muy poca fe. Les aseguro que si tuvieran fe, aunque sólo fuera del tamaño de una semilla de mostaza, le dirían a este cerro: “Quítate de aquí y vete a otro lugar”, y el cerro se quitaría. Nada les sería imposible.
La mediumnidad de sanación es la capacidad intrínseca, para manipular la energía vital en nuestro cuerpo y a nuestro alrededor. Los espíritas llaman a esta energía ectoplasma, como un canal que la asimila y la distribuye para sí y para el prójimo, el médium de sanación opera en el campo sutil, en el cuerpo etérico o vital.
Partiendo del principio que las dolencias son fruto de desarmonías de nuestro campo áurico, que se instalan posteriormente en el campo físico, podemos comprender con más facilidad la mediumnidad de sanación. Lograr preparar el cuerpo y la energía vital propia para permitir que a través del mismo el Altísimo permita transmitir la energía universal sanadora, será el camino a seguir. Captar energía, utilizarla para sí y aún tener de sobra para ayudar a curar a otro, esto no es tarea fácil. Exige estudio, entrenamiento, dedicación y principalmente autoconocimiento. La mediumnidad de sanación es innata y se convierte en vehículo de amor cuando nos convertimos en compasión. Esta es la enseñanza que Jesús nos dejó.
¿Estas estresado o estas tranquilo?
Estas tranquilo porque estas en paz con tu espíritu, hay enfermedad cuando tu espíritu quiere una cosa y el cuerpo otra, cuando el cuerpo hace diferente al querer del espíritu. El espíritu tomó cuerpo, era consciente, pero cuando el cuerpo va a un lado y el espíritu a otro, hay desequilibrio y el cuerpo nos avisa con una enfermedad.
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