El ser humano, al iniciar el camino en la vida espirita, debe propiciar que su entorno comience a reflejar lo que su conocimiento le indica, especialmente propiciar estabilidad y protección a su Ser y su entorno.
Resulta entonces fundamental que exista la disposición para ello, tanto física como mentalmente, y poder generar paz y sosiego para percibir aquel mundo espirita. En éste mundo físico nos agobian cosas materiales, y éstas entorpecen nuestros pasos y nuestras energías. Al despejar la mente y fortalecer la paz espiritual, tendremos las herramientas suficientes para enfrentar las vicisitudes que a diario se presentan. Todo es energía, pero no toda fluye de la misma manera, es importante saber cómo poder interactuar en el ambiente que nos rodea, por eso es necesario reconocer e identificar la energía para lograr un ámbito armonioso. Nos encontramos rodeados de un sin fin de energías propias de nuestros congéneres y por todo lo demás que nos circunda, que de manera directa o indirecta nos afecta. La prioridad, en cuanto a nuestra existencia, no es lo material, por el contrario, es la existencia espiritual, y al comprender ésta verdad, entendemos que a nuestro alrededor fluyen radiaciones energéticas que nos pueden beneficiar o perjudicar, y es ahí en conocer el manejo de las mismas, que se nos hace más fácil nuestro trasegar.
Acerquémonos a nuestro Padre solicitando de Él su ayuda, su amparo, aprendamos a orar a nuestro Creador con la fe y la certeza que radica del conocimiento y la seguridad que somos bendecidos por su Mano Amorosa.
A veces nos preocupamos más por garantizar la seguridad física en nuestra casa con llaves, candados, cadenas y olvidamos hacer lo mismo con nosotros mismos y con nuestros seres queridos. En nuestra casa o cuando salimos de ella, vamos sin resguardo ni protección Divina, quedando expuestos a las energías fluctuantes que vamos encontrando y que inevitablemente nos tocan.
Por tanto, en la medida que conozcamos, cómo podemos aprovechar los seres y elementos que tenemos a nuestro alrededor y generar un entorno que nos brinde seguridad y protección, será más fluido nuestro existir a través de la Bondad del Padre para con nosotros al permitir usarlos.
Un primer paso, es prepararnos física y mentalmente para iniciar labores, fortalezcamos nuestros cuerpos y demos paz a nuestro espíritu, soseguemos nuestro ánimo, aunque existiesen tropiezos, aunque tal vez los acontecimientos nos arrastren, debemos mantener en paz nuestro espíritu, despejada nuestra mente, así daremos mejor solución a aquellos conflictos.
Existen elementos en la naturaleza como son las plantas, minerales, piedras o gemas, el fuego, el viento, la tierra, el agua, que están representados por un regente o como se le conoce un elemental, aquellos por la Bondad y Misericordia del Padre Creador, pueden ser, con Su Permiso, utilizados y programados para propiciarnos limpieza, protección y custodia.
La fe es la piedra angular donde se sostiene el mundo espiritual, y ésta nos acerca al Padre, no solo para pedirle ayuda, sino para existir.
Es Él con su Amor quien nos guía y bendice.
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